lunes, 4 de octubre de 2010

Victor Jara

"Lo mataron simplemente por dedicar sus canciones, su arte, su danza y el folclore al mundo popular, y fue tomado casi como un trofeo para los militares"

Víctor es el mayor exponente de la Nueva Canción Chilena cuyos temas están inspirados en la cultura popular. Víctor, continuó la herencia artística de su madre, Amanda Martínez, cantora popular. A pesar del disgusto del padre, ésta le inscribió en la escuela. Junto con su familia se traslada a  Santiago  donde regentan un local de comidas para obreros. Allí, Víctor conoce a Omar Pulgar, que le enseñará a tocar  guitarra.


Después del servicio militar se dedica al arte, ensayando en el Coro Municipal que prepara la  obra Carmina Burana; en dicha representación conoce a su futura esposa, la bailarina Joan Turner. Víctor ingresa a la Facultad de Teatro de la Universidad de Chile y en el café Sao Pablo, entabla amistad con Violeta Parra, ésta le invita a cantar profesionalmente cediéndole unos villancicos, pero Víctor decide primero documentarse en los orígenes de la canción chilena, iniciando una investigación de las raíces folklóricas del canto por lo que se traslada al campo a conocer  las canciones de los campesinos.


A pesar de los éxitos teatrales con obras como "Parecido a la felicidad", "Las de Caín" y "La remolienda", las dificultades económicas de Víctor le hacen pasar muchas noches en los camerinos del teatro. Junto con el conjunto folklórico Cuncumén inicia una gira por Europa en la que comienza a componer sus primeras canciones.


Los sesenta representan un renacimiento cultural y popular en Chile en el que Víctor será uno de sus máximos componentes junto a Neruda o Violeta que tenía un local conocido como la Peña de los Parra, dónde Víctor realizará numerosas actuaciones. Sus canciones están dedicadas al campo y a los campesinos que tanto conoce, como "Cuando voy al trabajo", "El cigarrito", "El pimiento", "El arado".


El 11 de septiembre de 1973 Víctor fue junto a otros músicos a cantar en la exposición contra el fascismo y la guerra civil que se inauguraba en la Universidad Técnica del Estado, cuando les sorprendió el Golpe de Estado. En esos momentos el periodista Sergio Gutiérrez le dijo a Víctor: “compañero, parece que llegó el momento de cambiar la guitarra por el fusil”. El  contestó “no compañero, yo no sé disparar. La guitarra siempre sirve, aunque sea para animar a los combatientes”. Rodeados por el Ejército fueron arrestados y conducidos al Estadio Chile, dónde lo torturaron; en esos momentos empezó a escribir en pequeños papeles su último poema, que terminaría en el Estadio Nacional antes de que 34 balazos acabasen con su vida.